Para hacer una piscina de obra gunitada, lo primero que hacemos es excavar el hueco y poner una estructura portante de ladrillo, sobre la cual se pone un mallazo de acero o de hierro de 12mm que delimita los muros del vaso. Sobre esa estructura, proyectaremos el hormigón capa a capa con nuestra gunitadora -marca Lancy– hasta conseguir un espesor consistente como para contener los litros cúbicos de agua en función del tamaño que se desee.
Una vez seco el hormigón, el vaso está perfecto para poner el revestimiento de pareces y suelos de la piscina según los gustos del cliente. Existen muchas opciones, puede ser desde materiales cerámico, como gresite azulejos hasta acabados con lámina de PVC (liner) o pinturas especiales. Rematamos la piscina con la corona o remate exterior y un acceso al vaso (escalera metálica o rampa).